
Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Su Cruz es nuestro ingreso a la vida verdadera y su resurrección es nuestro triunfo. Estamos en Pascua, estamos viviendo este maravilloso tiempo de triunfo y victoria. Los cristianos sabemos que a pesar de toda la maldad que puede haber en el mundo, siempre saldremos victoriosos, porque Cristo ha vencido la muerte que es producto del pecado y nos ha trasladado al reino de su Padre. En nuestra vida el pecado no tiene la última palabra. Cristo es la Palabra del Padre, la Palabra que vence al mundo y que es capaz de resucitar nuestras vidas a veces esclavisadas por el pecado y por la muerte. Cristo nos ha comprado a presio de su sangre, no debemos jamás desanirmanos en nuestra lucha contra el mal y el pecado, pues a pesar de nuestra debilidad, el triunfo está garantizado para todo aquel que se sostiene en Cristo resucitado. La muerte ha sido vencida en la victoria de Cristo; el por medio del bautismo nos ha rescatado del pecado y por medio de la Confesión nos devuelve la alegría que a causa de nuestros pecados perdemos. Cristo ha resucitado. Cristo vive. Cristo te ama... María También. Amén, amén, amén.